Estado de Meditación Extrema: Un Yogui en las Nieves del Himalaya a -55ºC

Meditación Extrema en las Nieves del Himalaya

Imagina estar sentado en la cima de una montaña cubierta de nieve, con temperaturas que rozan los -55°C, y no sentir ni un escalofrío. Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pues eso es exactamente lo que hace Mahayogi Satyendra Nath , líder del Kaulantak Peeth y practicante de la tradición del yoga siddha del Himalaya. En este vídeo, capturado por su discípulo Rahul, vemos a Satyendra Nath en un estado de meditación tan profundo que parece desafiar las leyes de la física.

Mahayogi Satyendra Nath. Yoga Sidha

¿Qué es el Estado de Meditación en este Contexto?

El estado de meditación al que se refiere este video no es el típico que practicas en tu sala de estar con una vela aromática y música relajante. Estamos hablando de una forma de meditar extrema, donde el practicante entra en un trance profundo que le permite controlar su cuerpo de maneras que parecen imposibles. Satyendra Nath, según el post, no siente malestar ni frío a pesar de las condiciones extremas. Esto se logra a través de técnicas como el Tummo, un método de respiración tibetano que genera calor interno.

La Ciencia Detrás de la Meditación Extrema

¿Te estás preguntando cómo es posible que alguien no sienta el frío a -55°C? Bueno, no eres el único. La técnica de Tummo, mencionada en textos sagrados del siglo VIII, permite a los monjes tibetanos aumentar su temperatura corporal incluso en altitudes donde las temperaturas caen por debajo de cero. Estudios científicos, como los realizados con resonancia magnética, han mostrado que durante este estado de meditación, los monjes experimentan un flujo sanguíneo inusual en ciertas áreas del cerebro, lo que les permite mantener una temperatura corporal estable.

¿Es Realmente Posible meditar Tan Profundamente?

Sí, y no solo eso, sino que hay evidencia que lo respalda. Un estudio publicado en la plataforma PMC (PubMed Central) indicó que durante el estado de meditación Tummo, la temperatura periférica (en los dedos, por ejemplo) puede aumentar entre 1.2°C y 6.8°C. Aunque la temperatura corporal central se mantiene constante, estas variaciones periféricas son suficientes para proteger contra el frío extremo. Esto no solo es un logro espiritual, sino también un fenómeno neurocognitivo fascinante.

Este estudio explora los efectos fisiológicos de la meditación Tummo, incluyendo los aumentos de temperatura corporal periférica observados en los practicantes. Es una lectura fascinante si estás interesado en la intersección entre la meditación y la ciencia.

Comentarios y Más Información sobre la Meditación

Algunas personas en los comentarios del vídeo expresaron escepticismo, cuestionando si realmente es posible sobrevivir a tales temperaturas. Sin embargo, la práctica del Tummo y otras técnicas de meditación avanzadas han sido documentadas y estudiadas. Por ejemplo, Wim Hof, conocido como «The Iceman«, ha demostrado habilidades similares a través de su método, que incluye ejercicios de respiración y exposición al frío. Aunque el enfoque de Satyendra Nath es más espiritual, los principios subyacentes son comparables.

¿Por Qué Meditar Tiene Implicaciones Más Profundas?

Además de ser un espectáculo impresionante, la meditación tiene implicaciones profundas. Demuestra que el cuerpo humano, bajo ciertas condiciones y con el entrenamiento adecuado, puede superar límites que consideramos imposibles. Para los practicantes de yoga y meditación, esto es una inspiración. Para los científicos, es un campo de estudio que desafía nuestra comprensión de la mente-cuerpo.

Conclusión: Un Estado de Meditación que Congela el Tiempo

Ver a Mahayogi Satyendra Nath sentado en la nieve, cubierto de escarcha, nos recuerda que la meditación puede ser mucho más que una herramienta para relajarse. Puede ser una puerta a lo extraordinario. Si estás interesado en explorar más sobre la meditación y sus posibilidades, este video es un buen punto de partida. Y quién sabe, tal vez algún día tú también puedas meditar en la nieve sin sentir frío. ¡Aunque, honestamente, preferimos hacerlo con una taza de chocolate caliente!

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